Después del tercer partido mexicano en Copa de Oro, muchas cosas quedaron demostradas. México respeta a sus rivales, tiene actitud de campeón, no somos una selección que dependa de un solo jugador y la sinergia formada por los jóvenes en la selección es algo que tiene que se tiene que cuidar y explotar. Manteniendo la cordura por que el rival es Costa Rica y que sólo se jugó a un ritmo vibrante durante 45 minutos por aquello de cuidar el corto plantel con el que cuenta la selección, hoy el Tricolor demostró calidad. De verdad creí que iba a ser el partido más complicado en la fase de grupos para la selección comandada por de la Torre. Lavolpe es un entrenador que conoce muy bien el fútbol mexicano, que ha trabajado con varios de los ahora seleccionados y que aún cuando su personalidad lo podría situar en South Park, es un buen estratega.
El primer tiempo lo definió todo, un equipo mexicano que se volcó al frente, que entendió como iba a jugar ese partido, recuperando al fin, a uno de sus mejores elementos en Andrés Guardado. No sé si Javier Aguirre estará viendo la Copa de Oro, pero se podría dar cuenta de todos los errores que cometió en la Copa del Mundo el año pasado. Sentó a Andrés Guardado y Javier Hernández; le negó un papel protagónico a Giovanni Dos Santos y confió en que los veteranos lo iban a sacar adelante. Esta camada de futbolistas mexicanos, goza de jugar para adelante, de ser irreverente, de terminar las jugadas e intentarlas como sea. A diferencia de los partidos anteriores contra El Salvador y Cuba, México, salió a definirlo desde el primer tiempo. Encabezados por los tipos más creativos que tiene la selección Giovanni Dos Santos y Andrés Guardado. Andrés, desde mi punto de vista, no encabeza la lista de seleccionados en cuanto a habilidad, pero de tres cuartos de cancha en adelante es el más inteligente.
El primer gol fue, una repetición de los partidos anteriores. Tiro de esquina, rematado de manera excepcional por el capitán del tricolor Rafael Márquez, ante la mala marca costarricense. A partir de ahí fue una fiesta en la que todo México estuvo invitado. Se jugó al primer toqué, por todo el ancho de la cancha y la selección nunca le tuvo miedo a la línea final del terreno de juego. En ese contexto de partido se creció “El principito”, quien para el segundo pirulo nacional, nos regaló un gol de bandera después de la mejor jugada nacional dentro de la Copa de Oro. El tercer gol lo hizo el sólo ganándole el duelo individual al portero Keilor Navas. Para el cuarto gol, México no se cansaba de generar futbol y mediante Pablo Barrera y Carlos Salcido, nos regalaron una pared dentro del área costarricense, para que Pablo Barrera definiera a primer poste abajo y dejar tendido al cuadro de Lavolpe.
Ya en el segundo tiempo con un 4-0 a favor de la escuadra nacional todo cambio. Si bien Costa Rica pudo acortar distancias con un buen pase de Bryan Ruiz a Ureña quien disparó cruzado para que Talavera no pudiera detener la esférica. La intensidad reflejada en la primera parte era innecesaria y así lo hizo ver el cuadro tricolor, al dominar con toque de balón a la escuadra “Tica” pero dejando al lado la profundidad que había practicado en la primera parte.
Este partido fue agradable a la pupila por parte de los “all blacks” mexicanos, al menos la primera parte lo fue. Me dio gusto el hecho que México entienda que tiene gol en botines ajenos a los de los de Javier Hernández, quien en esta ocasión falló tres oportunidades claras contra el arquero, no siempre va a entrar, lo importante es que se tenga un jugador que en momentos clave responde. Aparte de la ofensiva nacional hay que agradecer a la defensiva, el bloque formado por el medio campo y la defensa nacional está intratable, presionan en 20-25 metros con la única intención de desbaratar cualquier ataque rival. El día de hoy Costa Rica no pudo parar el vendaval mexicano, por buena noticia que sea haber conseguido los 9 puntos de la primera ronda, 14 goles a favor con tan sólo 1 en contra, no se ha ganado nada y quedan tres partidos igual o más serios que los ya jugados. Hay que disfrutar con mesura estos triunfos nacionales, este cuadro se ve con una gran fortaleza interna, donde los futbolistas pretenden que la selección como equipo sea la protagonista.
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