Tengo aproximadamente 4 meses en el país/cuasi continente de Australia y entre muchas de las peculiaridades que le he encontrado a la cultura “Aussie”, están los característicos deportes que practican. Soy del norte de México, con un papá que siempre me ha impulsado a practicar deportes, por ende probé suerte en todo, desde el deporte favorito del norteño: Beisbol; pasando por el deporte casi obligado de las escuelas: Basquetbol, hasta llegar al deporte que he disfrutado toda mi vida, el futbol. Esos tres deportes que mi Sr. Padre me animó a practicar, son los más populares en México. Para los jóvenes australianos esas tres opciones que acabo de mencionar son inexistentes, ridículas y hasta un poco denigrantes. En Australia se practican deportes de “hombres”, ellos crecen con Rugby, Aussie Football , cricket y creen conocer de futbol. Si bien este último es el deporte más practicado a nivel amateur en el país, sin intención de ofender, no tienen idea de lo que están jugando.
El no saber lo que están jugando, no se relaciona a las reglas del juego, ya que siendo realistas, los oriundos de países anglosajones son los que más disfrutan de seguir instrucciones. El problema es la combinación de falta de práctica-pasión-talento. Estos tres ingredientes son los que me hacen llegar a la aseveración del poco conocimiento futbolístico y aunque suene un poco soberbio, tengo anécdotas del día a día australiano que fundamentan lo dicho.
Mi primer acercamiento con el futbol en Australia, fue en mi primer mes de estadía por este país cuando me invitaron a hacer las pruebas para el equipo representativo de la universidad. Llegue al lugar de pruebas, un parque público, esos parques quiebra tobillos que son una combinación entre tierra, arena y mala hierba. Mi sorpresa no fue la condición del parque, sino que para el entrenamiento no había un campo de futbol trazado, ni siquiera dos porterías a los extremos del parque y el mejor comentario que escuché fue de un joven australiano que decía “Me gusta el futbol porque corres mucho, no es nada parecido al ping-pong”. Después de la sorpresa escalofriante del joven que goza del tenis de mesa, entendí que si seguía yendo a entrenar a este lugar mis tobillos estarían al borde del esguince y mi paciencia iba a ser probada entrenamiento a entrenamiento.
Pero como buen mexicano que soy y recordando a la buena Alicia Villareal “tropecé de nuevo con la misma piedra”. Sí, seguí jugando futbol. Ahora tocó el turno del torneo interno de la UNSW. Se los describiré, es un torneo dentro de un gimnasio, en canchas de basquetbol, con porterías a los lados (mínimo), 5v5 y en cancha de duela, creo que tienen la percepción que el basquetbol y el futbol son parecidos. Pues tras cuatro jornadas que el equipo mexicano seguía destrozando el torneo, llegó el quinto partido (no hay quinto malo) y con él, el árbitro más malo de todo el torneo. Comenzó el partido como cualquier otro, jugando contra rivales mayormente asiáticos, con un marcador favorable y recibiendo unas patadas que ni en el taekwondo son permitidas. Todo, excepto las patadas suena bastante positivo, pero aquí es cuando entra nuestro amigo “el árbitro”. Después de nuestro cuarto o quinto gol, hubo una entrada fuertísima contra un compañero de equipo, de esas patadas a la rodilla innecesarias. Ya pasada la melee fui con el árbitro y le dije que eso era roja, que el joven chinito se tenía que retirar, a lo que me respondió: “tranquilo amigo, esto es sólo futbol”. Despúes de ese comentario comprendí la inexistente pasión que impera en esta nación hacia este tan bonito deporte. Ellos lo ven como sólo eso, sólo futbol.
Para mi mala suerte no sólo están en los espacios de futbol amateur, como en todo país existen los canales de televisión local. Y si creían que no me llueve sobre mojado, Ja!, los canales de tele local transmiten los partidos de la UEFA Champions league. Entonces desde los octavos de final de la Champions, algunos partidos de la liga inglesa y que hablar de la liga española, he tenido que aguantar a comentaristas Australianos. Si alguna vez sintieron que los comentaristas de algunas cadenas nacionales (sin reventar a nadie) son malos, no han tenido la mala experiencia de escuchar a los jóvenes Australianos. En este país, los comentaristas son como mujeres adolecentes a las que se les hace muy atractivo Cristiano Ronaldo o que alguna vez escucharon hablar de Messi y todo lo que haga, bueno o malo, es cuestión de felicidad. Recuerdo haber visto el partido de ida Tottenham vs Real Madrid, donde Marcelo el lateral izquierdo del Madrid dio una de sus mejores demostraciones de futbol, al contrario que su colega Cristiano Ronaldo quien en ese partido salía de una lesión; jugó desencanchado, aislado, en pocas palabras, no fue su mejor día. Bueno, a Marcelo jamás lo vieron en Australia, los desbordes que realizó, el gol que anotó, no impresionaron a los comentaristas. Lo que si veían era cada que CR7 tomaba el balón y a falta de futbol y gas, hacía uno de esos malabares con el balón que tan acostumbrados nos tiene. Pasara bien o no la pelota, los comentaristas se volteaban de halagos al dorsal 7 del Madrid, al minuto 70 tocó su cambio, y esto fue lo que comentaron. Sale CR7, “excelente actuación, sus compañeros no le han ayudado esta tarde”.
Por más que disfrute la cultura “Aussie” y el “no worries mate”, su poco conocimiento futbolístico no pasa desapercibido. Si bien, no soy un experto y probablemente esté juzgando demasiado fuerte a la figura Australiana, el vivir día a día con ese tipo de experiencias no me prueban lo contrario. Así como yo no crecí con Rugby, Cricket, Aussie Football y no conozco mucho al respecto, en Australia violan la regla número 11 hablando de futbol, siempre están “fuera de lugar”.
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