martes, 26 de febrero de 2013

Eso es un ídolo para mi






-Espero Raúl Guzmán vuelva a sentirse orgulloso de mi-

Los ídolos son aquellas personas que son ordinariamente extraordinarios ¿Por qué ordinarios? Porque no tienen ningún súper poder, tienen las mimas extremidades, respiran el mismo aire y no se debilitan con ninguna piedra alienígena. Son extraordinarios porque dominan sus áreas, están en el top, la élite, esas personas que hacen fácil lo difícil y que todos vemos imposible. Siendo un aficionado de hueso colorado del futbol, mis tres ídolos deportivos nacen del juego de pelota (Ok, Michael Jordan tiene un lugar especial en mi corazón) jugadores extraordinarios que hacían que por 90 minutos disfrutara del futbol de una manera diferente.

Al hablar de ídolos me vienen a la cabeza tres nombres. El primero de esos ídolos es Ramón Ramírez, al que yo soñaba imitar mientras jugaba la cascarita en la cuadra y que cada que metía gol, gritaba ¡GOL DE RAMÓN RAMÍREZ! Ahora me queda claro que por creerme ese jugador, ni las cualidades, ni el talento de Ramón emanaban en mí para ser un mejor jugador. Lo único que cambiaba es que mi ilusión, esa muy pura de niño, se alimentaba con cada remate, gambeta o pase que daba “a nombre de él”.

Crecí (se supone que crecí) y mi ídolo se volvió internacional, el futbol mexicano no me proveyó de ningún talento como el de Zinedine Zidane. La diferencia era que ya no jugaba a ser Zizou, nunca metí un gol a nombre de él, ni siquiera imité su peinado como ahora lo hacen con Cristiano Ronaldo o Neymar. Ahora mi ídolo se transformó en alguien del que yo disfrutaba su juego, un jugador determinante, líder en el terreno de juego. Aclaro que también lo intenté imitar pero ahora con mi nombre, buscando esa identidad futbolística que me hiciera crecer como jugador. Nunca encontré dicha identidad y por eso ahora escribo sobre esa ilusión que Zizou generaba en mí.

Mi último ídolo fue Ricardo Izecson Dos Santos Leite “Kaká”, otro armador de juego, que cuando estaba en el Milán era amo y señor de la cancha, un líder mudo, porque sin tener tanto carácter ni personalidad como lo tuvo Zizou llevaba a su equipo a lo más alto y dejaba todo en la cancha. Pero gracias a“Kaká” empecé a tomar en cuenta más cualidades que sólo lo deportivo, que ese ídolo pudiera ser tan ecuánime dentro y fuera del terreno de juego por más talentoso que fuera con el balón. Un futbolista fuera de toda polémica y que lo que se sabía de su vida privada era una persona excelente. Desgraciadamente vi  el decaer futbolístico de “Kaká” y con esa caída se terminaron mis ídolos, soy fiel seguidor de las hazañas de Messi y Cristiano pero ahora disfruto el juego como tal, eso sí, sin dejar de valorar los talentos individuales de cada jugador.

Sé que siguen habiendo ídolos futbolísticos de diferentes tipos, lo sé porque gracias a esos nuevos ídolos es que escribo acerca de los míos. Un ejemplo burdo de esos detalles que se hacen por los ídolos me ocurrió no hace mucho, cuando uno de mis primos estaba lavando la ropa y entre sus prendas sucias estaba la playera del 14 del Manchester United, entonces, tomé la playera y antes de aventarla a la lavadora como cualquier otra prenda, volteó y me dijo “la del Chicharito se lava a mano”.

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